Serie: La casa de las flores, una nueva generación de telenovelas 'made in Netflix'


La casa de las flores es una serie mexicana que cuenta con tres temporadas, creada por Manolo Caro y estrenada en 2018 en la plataforma Netflix.


La casa de las flores ha sido un agradable descubrimiento. Siguiendo recomendación de mi hermana y por buenas críticas que había leído, decidí dar una oportunidad a esta serie mexicana de tres temporadas y producida por Netflix. Dirigida por Manolo Caro, cuenta con Cecilia Suarez, Verónica Castro, Darío Yazbek, Aislinn Derbez, Juan Pablo Medina o Paco León entre sus protagonistas.

Más allá de contar con actores españoles entre su reparto, la serie tiene varias referencias a la cultura española con canciones de Mecano o Alaska en algunos tramos de la serie, así como una pequeña parte rodada en Madrid. Esto se ve como clara influencia del cine de Pedro Almodóvar, y no solo por eso. Os daremos más razones en su momento.

Lo más destacable de La casa de las flores es su buen ritmo, su buena creación de tramas y buena caracterización de los personajes. De hecho, en la segunda y tercera temporada, la serie se mantiene viva gracias a la personalidad de estos, ya que la trama pierde ese enganche que tenía en la primera. 


Una telenovela de estilo Almodóvar

Desde sus primeras escenas, ya podemos ver que La casa de las flores se trata de una nueva versión de las telenovelas mexicanas que inundaron las televisiones españolas desde la década de los 70 y 80. La trama arranca con un suicidio y una voz en off que amenaza con destapar los trapos sucios de una familia idílica desde fuera.

Los giros inesperados y elementos como infidelidades, hijos ilegítimos o secuestros son eso que une La casa de las flores con el género de las telenovelas. Pero esta va más allá y renueva a los 'culebrones' con la incorporación de personajes 'transexuales' o la gestación subrogada, que la coloca en el siglo XXI.

Pero para mí el mejor valor añadido de La casa de las flores a las clásicas telenovelas es ese tinte de influencia Almodóvar que se puede ver ya desde su primer capítulo al sonar una canción de Mecano. Las referencias a la 'movida madrileña', los giros y personajes hacen que esta serie pudiera juntarse perfectamente con películas del director manchego como 'Todo sobre mi madre'. Y Manolo Caro introduce esta influencia, además, con ese toque de 'realismo mágico' tan propio de la narrativa latinoamericana que arrancó con Gabriel García Márquez, y que le da el acento mexicano para hacerlo una narrativa propia y original.

Los De la Mora, una familia peculiar

 Aún así, lo que más me ha gustado de la serie es la personalidad de los personajes. Todos ellos tienen su personalidad marcada y eso es lo que hace que aunque la trama decae en la segunda temporada y en parte de la tercera, la serie se mantenga. 

En la primera temporada, es el personaje de Virginia de la Mora el que destaca sobre todos, pero poco a poco va delegando ese protagonismo a su hija, Paulina. Creo que es obra de la actriz Verónica Castro que el personaje de Virginia tenga tanta fuerza, y es lo que más me gusta de ella. Además, ella es el vínculo entre las clásicas telenovelas (fue protagonista de la famosa Los ricos también lloran). 

Los personajes es uno de los puntos fuertes de la serie. 

Pero conforme avanza la trama, Paulina de la Mora es la que gana protagonismo y ya se convierte en el principal personaje en la segunda y tercera temporada, siendo el eje entre el resto. No podemos obviar su voz peculiar, que incluso ha sido objeto de imitación entre fans de la serie y que en palabras de la propia interprete Cecilia Suarez es propio de un estrato social concreto en México.

A parte de ellas, los personajes secundarios tienen también una marcada personalidad que les hace también participes de tramas específicas. Personalmente, el papel de Paco León en la serie, en la que interpreta a María José, una abogada transexual, es el que más me gustó, además de que es uno de los que no llega a caer en lo ridículo.

La trama decae, su gran fallo

Hasta aquí he hablado de las virtudes de esta serie, pero no quería terminar sin contar lo que creo que es su aspecto más negativo, y es que la trama decae bastante entre la primera temporada y la segunda. De hecho, la primera temporada se me hizo corta, mantuvo un buen ritmo y no paraban de pasar cosas, cada vez más sorprendentes. Ya su inicio es prometedor: un suicidio y el comienzo del declive de una familia a simple vista perfecta. 

La trama principal de la tercera temporada gira entre el presente y el pasado.

Sin embargo, la segunda temporada no fue igual. La mayor parte de la trama la encontré sin gancho, rozando lo estúpido en algunas ocasiones, y muy alejada de lo que la hizo triunfar en la primera. Menos mal que se les ocurrió contar el pasado de Virginia de la Mora en la tercera temporada, que combina flashbacks con el presente y la hace más dinámica. Además que con ello se nos descubren algunos flecos que ya conocimos en la primera temporada.

En definitiva, La casa de las flores es una serie recomendable, ya que es un producto original con influencias de las telenovelas mexicanas. Sin embargo y a pesar de una muy buena primera temporada puede que algunos espectadores decidan abandonarla sin terminar si no llegan a conectar con ciertos personajes o con la trama.

Valoración: 7 / 10

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