Hablamos de "El último duelo", la primera de las dos películas que Ridley Scott estrena en este final de 2021 y que, sin embargo, no ha tenido el éxito esperado en taquilla.
El último duelo nos cuenta el que fuera el último duelo juzgado en el siglo XIV, resultado del acoso de Jacques Le Gris a la mujer de su ex amigo, Jean de Carrouges, y que decidirá el destino de los tres personajes. El largometraje está protagonizado por Matt Damon, Ben Affleck (ambos participan en el guion de la película), Adam Driver y Jodie Comer.
Este buen reparto es justamente uno de los aspectos más positivos del filme, que además gana por su estilo al contar la historia, y también por su imagen, su ambientación y su guion. En definitiva, es un largometraje muy completo y que vamos a analizar con sus pros y contras.
Cuando una historia está bien contada
El último duelo es un filme que ya desde sus primeros minutos da ejemplo de lo que quiere ser. El comienzo es en el campo de batalla, y ya aquí nos damos cuenta de lo bien rodada que está. El sonido de las pesantes armaduras y la sangre brotando nos muestran esa magnífica ambientación en el medievo y lo difícil que eran las guerras entonces. Duras, con trajes que eran un lastre más que una ayuda y con menor estrategia. Pero la Edad Media (y casi todas las épocas de la humanidad) son momentos en los que la guerra dominaba la sociedad y no se pueden obviar en películas.
De ahí, Ridley Scott nos va dando píldoras de la historia que más tarde desarrollará y en cada paso nos prepara bien para enseñarnos todo lo que necesitamos saber para comprender todo a su final. La fotografía tan buena que vemos al comienzo en la batalla, continúa durante todo el filme, con un tono de paleta grises, pero con esa genial ambientación que nos traslada con éxito.
Y no solo eso es lo que nos hace entrar en la historia, sino también las convincentes actuaciones de sus protagonistas, pues todos ellos nos dan buena muestra del carácter de cada uno de sus personajes. Jodie Comer brilla con luz propia siendo Marguerite de Carrouges, pero lo hacen también Matt Damon como Jean de Carrouges y Adam Driver como Jacques Le Gris. Tampoco quiero dejar de mencionar el papel de Ben Affleck, al que muchos han cuestionado por no hacerlo creíble, pero yo opino totalmente lo contrario. El personaje al que interpreta Affleck, el conde Pierre de Alerçon, resulta ser uno de los más complicados, al representar el poder y la corrupción en un ser extravagante. Da un tono interesante fuera del trío protagonista.
Por otro lado, los tres protagonistas del acto principal sobre el que gira la historia que se nos cuenta, se nos relata en tres actos que nos dan la visión de cada uno de ellos. Este es un valor añadido, que hace hincapié en la dificultad de las interpretaciones en esa época, pero también para entendernos desde nuestros años. Cada relato tiene matices que nos hace ver como una historia puede cambiar depende quien la cuente y que consecuencias tiene esto en la realidad.
Un viejo conflicto en rabiosa actualidad
Aparte de su aspecto técnico, El último duelo también es un filme que gana por lo que nos cuenta y por como algunos de los problemas que se abordan siguen siendo hoy en día de actualidad. Sin ir más lejos, el acto principal sobre el que gira la película es una violación, algo que sigue, tristemente, en la orden del día, y que nos hace reflexionar lo que hemos evolucionado desde el siglo XIV y lo que todavía nos queda. Además de ello, también nos muestra el sufrimiento de las mujeres a través de las épocas, pero que no es muy diferente del que pueden sentir algunas todavía en nuestra sociedad. Scott nos quiere hacer reflexionar sobre los abusos sexuales desde una perspectiva histórica, pero sin perder actualidad.
No creo que se refiera exclusivamente al movimiento #MeToo y ni que este sea el único aspecto sobre el que nos quiera hacer reflexionar el director, pero es uno de ellos y lo hace, además, a través de un personaje femenino fuerte y decidido, sabiendo que la sociedad no la apoyaría y que podría sufrir un triste destino por contar el abuso sexual del que fue víctima.
Sin embargo, El último duelo es mucho más que eso. Es también una película sobre la corrupción del poder, de la separación entre la clase poderosa y la sociedad más baja. Y este es otro hecho que todavía se puede ver en nuestra sociedad, en el que las desigualdades existen y en el que los poderosos se aferran a lo suyo sin importar lo que suceda en capas más bajas. ¿Quizá se de esto porque los que gobiernan no son los más aptos para ello? Esta es solo una de las reflexiones que me acompañó mientras disfrutaba del filme.
En su virtud también caben defectos
Matt Damon y Adam Driver son los dos protagonistas del "duelo final" |